El Primero de Mayo debe servirnos para mostrar con fuerza nuestro más firme rechazo a la actual situación socioeconómica. Pero más allá de la situación actual, es necesario reivindicar y mantener el legado histórico de esta fecha y su significado. Sin querer con esto caer en la mitificación, debemos rechazar un 1º de Mayo como un simple día festivo, porque desvirtúa su origen de lucha obrera. No es sino debido a un proceso de asimilación por parte del sistema, que la jornada de protesta internacional surgida de los famosos sucesos de Chicago es convertida en festividad por parte de gobiernos para vaciarla de contenido. De esta forma, se pasa de una jornada de lucha y desafío al capital repetida anualmente, a la “fiesta del trabajador”, “fiesta de San José Obrero” durante la España franquista, o actualmente “fiesta del trabajo”...
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