Según Coral Herrera, el patriarcado es “una forma de
organización política, económica, religiosa y social basada en la autoridad y
el liderazgo de unos pocos varones sobre el resto”. (1)
En palabras de Marta Fontenla, “el patriarcado en su sentido
literal significa gobierno de los padres. Históricamente el término ha sido
utilizado para designar un tipo de organización social en el que la autoridad
la ejerce el varón jefe de familia, dueño del patrimonio, del que formaban
parte los hijos, la esposa, los esclavos y los bienes”. (2)
Para el grupo anarquista Albatros, el patriarcado “es
anterior al capitalismo y al propio principio del Estado”, y ha sobrevivido “a
todo tipo de cambios de estructura social y revoluciones. Desde la Atenas
clásica de Pericles, pasando por el feudalismo, el antiguo régimen, hasta el
capitalismo, de Estado o no, o cualquier tipo de régimen totalitario, han
funcionado dentro del sistema patriarcal”. Siguiendo con el grupo Albatros, “el
principio fundamental del sistema patriarcal es la desigualdad, la superioridad
básica del hombre sobre la mujer." Es por ello que "las mujeres como
primeras sufridoras de este sistema patriarcal son también las que inician la
lucha contra la sociedad machista, organizándose y denunciando la situación de
sometimiento que viven.” (3)
A las relaciones de dominación y discriminación propias de
la sociedad patriarcal y el machismo, también se les suele identificar con el
nombre de ‘sexismo’. Entonces podríamos decir que en la actual sociedad
patriarcal reinan - además de otras relaciones de dominación como el
capitalismo y el racismo- las relaciones sexistas.
Para Deirdre Hogan, “el final del sexismo (…) no llevará
necesariamente al final del capitalismo. De la misma manera, el sexismo puede
continuar incluso después del capitalismo habiendo sido abolida la sociedad de
clases. El sexismo es posiblemente la forma de opresión más temprana que
existió, no sólo precede al capitalismo; sino que hay evidencia que el sexismo
también precedió a formas más tempranas de la sociedad de clases. (...) Bajo el
capitalismo la opresión de las mujeres tiene sus caracteres propios y
particulares donde el sistema ha tomado ventaja de la histórica opresión de la
mujer para maximizar sus ganancias.” (4)
Aunque para Deirdre Hogan el sexismo y el capitalismo son
dos formas distintas de dominación, a la vez considera que “hay aspectos del
capitalismo que hacen muy poco probable la total igualdad económica de mujeres
y hombres en el capitalismo. Esto es porque el capitalismo se basa en la
necesidad de maximizar sus ganancias en un sistema tal que las mujeres estén en
una desventaja natural.
En la sociedad capitalista,- continuando con Deirdre Hogan-
la habilidad de dar a luz es un defecto. El rol biológico de la mujer implica
que (si tienen hijos) tendrán que tomarse al menos alguna licencia con goce de
sueldo en su trabajo. Su rol biológico también las hace en última instancia
responsable por cualquier chico que traigan al mundo. En consecuencia, la
licencia paga por maternidad, permiso para uno de los padres, licencia de
padres, licencia para encargarse de hijos enfermos, guarderías gratuitas y
servicios para la atención infantil, etc., serán siempre especialmente
relevantes a las mujeres. Por esta razón las mujeres son económicamente más
vulnerables que los hombres en el capitalismo: ataques a las conquistas como
guarderías, permisos a un padre, etc. afectarán siempre desproporcionadamente
más a la mujer que al hombre. Y sin embargo sin plena igualdad económica es
difícil verle un fin a las desiguales relaciones de poder entre mujeres y
hombres y la ideología asociada al sexismo. Entonces, aunque podemos decir que
el capitalismo podría acomodarse a la igualdad del hombre y la mujer, la
realidad es que la realización total de esta igualdad será muy poco probablemente
lograda en el capitalismo. Esto es simplemente porque hay una penalización
económica relacionada a la biología de la mujer, que hace que la sociedad
capitalista, movida por la ganancia, sea inherentemente parcial contra la
mujer”. (5)
Para la feminista libertaria de origen italiano Silvia
Federici “con el advenimiento del capitalismo comenzamos a ver un control mucho
más estricto por parte del Estado sobre el cuerpo de las mujeres, llevado a
cabo no solo a través de la caza de brujas, sino también a través de la
introducción de nuevas formas de vigilancia del embarazo y la maternidad, y la
institución de la pena capital contra el infanticidio (cuando el bebé nacía
muerto, o moría durante el parto, se culpaba y ajusticiaba a la madre). En mi
trabajo (Se refiere al Libro Calibán y la Bruja) sostengo que estas nuevas
políticas, y en general la destrucción del control que las mujeres en la Edad
Media habían ejercido sobre la reproducción, se asocian con la nueva concepción
que el capitalismo ha promovido del trabajo. Cuando el trabajo se convierte en
la principal fuente de riqueza, el control sobre los cuerpos de las mujeres
adquiere un nuevo significado; estos mismos cuerpos son entonces vistos como
máquinas para la producción de fuerza de trabajo. Creo que este tipo de
política es todavía muy importante hoy en día porque el trabajo, la fuerza de
trabajo, sigue siendo crucial para la acumulación de capital. Esto no quiere
decir que en todo el mundo los patrones quieran tener más trabajadores, pero
sin duda quieren controlar la producción de la fuerza de trabajo: quieren
decidir cuántos trabajadores están produciendo y en qué condiciones.” (6)
En otra entrevista Silvia Federici sostiene que “en
cualquier parte del mundo, antes del advenimiento del capitalismo, las mujeres
desempeñaban un papel principal en la producción agrícola. Disponían de acceso
a la tierra, del uso de sus recursos y del control sobre los cultivos, todo lo
cual garantizaba su autonomía e independencia económica de los hombres. En África,
disponían de sus propios sistemas de labranza y cultivo, que eran fuente de una
cultura femenina específica, y estaban a cargo de la selección de semillas, una
operación crucial para la prosperidad de la comunidad y cuyo conocimiento se
transmitía de una generación a otra. Otro tanto podía decirse del papel de las
mujeres en Asia y las Américas. En Europa asimismo, hasta la época
tardomedieval, la mujeres disfrutaban del derecho de uso de la tierra y de
utilización de los "comunes"—bosques, lagunas, pastizales—, que
constituían una importante fuente de sustento. Además de las labores agrícolas
junto a los hombres, disponían de huertos en los que cultivaban verduras, así
como hierbas medicinales y plantas.
Tanto en Europa como en las regiones colonizadas por los
europeos, la acumulación primitiva y el desarrollo capitalista cambiaron la
situación. Con la privatización de la tierra y la expansión de las relaciones
monetarias, se desarrolló una mayor división del trabajo en la agricultura, que
separó la producción de alimentos con fines lucrativos de la producción de
alimentos para el consumo directo, devaluó el trabajo reproductivo, empezando
por la agricultura de subsistencia, y designaba a los hombres productores
agrícolas principales, mientras las mujeres quedaban relegadas al rango de
"ayudantes", peones agrícolas o trabajadoras domésticas. En el África
colonial, por ejemplo, los funcionarios británicos y franceses optaban
sistemáticamente por hombres en las asignaciones de tierra, equipamiento y
formación, y la mecanización de la agricultura constituía la ocasión para
marginar aún más las actividades agrícolas de las mujeres. También trastocaban
la agricultura femenina forzando a las mujeres a ayudar a sus maridos en las
labores de cultivos comerciales, alterando así las relaciones de poder entre
hombres y mujeres e instigando nuevos conflictos entre ellos. A día de hoy, el
sistema colonial por el que los títulos de propiedad de la tierra se otorgan
sólo a los hombres, sigue siendo la regla de las 'agencias de desarrollo', y no
sólo en África." (7)
Continuará
(1) ¿Qué es el
patriarcado? Por Coral Herrera Gomez, artículo publicado en Metiendo Ruido
(2) ¿Qué es el
Patriarcado? Texto de Marta Fontenla
http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1396
(3)El patriarcado, el
anarquismo y Manolo - Grupo Albatros. Texto publicado en Portaloaca
(4) Feminismo, clase
y anarquismo - Deirdre Hogan. Texto publicado en Biblioteca Anarquista
(5) Ibíd.
(6) Entrevista publicada en Metiendo Ruido
(7) Entrevista publicada en SinPermiso
Publicado por
Salir Del Ghetto
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