Félix Padín



La juez argentina María Servini de Cubría ha comenzado este lunes a recopilar testimonios de víctimas de los crímenes del franquismo.
En concreto, ha visitado a Félix Padín, militante histórico de CNT y exprisionero del campo de concentración de Miranda de Ebro (Burgos). Aunque estaba previsto que la reunión se celebrara en la residencia donde está ingresado, finalmente el encuentro ha tenido lugar en el hospital Santiago Apóstol, también en Miranda de Ebro, donde Padín (97 años), ha sido ingresado por una hemorragia interna, según han informado fuentes de la CNT en un comunicado.
Aunque la juez ha visitado al enfermo para oír su testimonio e incorporarlo a su investigación, no ha podido tomar declaración a Padín, porque no ha llegado su exhorto a los juzgados. Sin embargo, a la salida del centro hospitalario, Servini ha asegurado que ha podido comprobar "en qué estado estaba el testigo". "Está muy lúcido", ha precisado.
El sindicato CNT ha anunciado que en las próximas horas entregará a la magistrada argentina una declaración por escrito de Padín en la que relata su paso por el campo de concentración de Miranda de Ebro y por diversos batallones de trabajos forzados.



Félix Padín Gallo: El 9 de julio de 1916 nace en Bilbao (Vizcaya, País Vasco) el anarquista y anarcosindicalista Félix Padín Gallo. Miembro de una familia numerosa y empobrecida, pasó hambre. Con 12 años comenzó a trabajar en una tienda de ultramarinos y tres años después en la construcción, su definitiva profesión. Cuando tenía 14 años se afilió al sindicato de sus hermanos, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y después a las Juventudes Libertarias. Formó parte de un grupo de acción con Porfirio Ruiz, Alberto Lucarini y Severiano Montes. Fue muy activo en aspectos culturales, de propaganda, en huelgas y sabotajes, en aprovisionamiento de armas y de dinamita - que acabaron empleándose en julio de 1936 -, etc. Fue vocal del Sindicato de la Construcción cenetista, encargado de la prensa en las Juventudes Libertarias y, en 1935, uno de los responsables de propaganda del Comité Regional de la CNT. En octubre de 1934 fue detenido por los hechos revolucionarios de ese año. Cuando estalló el levantamiento fascista, luchó como sargento y teniente en los batallones de Isaac Puente y de Buenaventura Durruti hasta su detención el 16 de junio de 1937 en Burgui. Pasó seis años encerrado en prisiones (Arrigorriaga, Galdakao y Vitoria), el campo de concentración de Miranda de Ebro ya batallones disciplinarios (Guadalajara, Elizondo y Peñaranda de Bracamonte). En junio de 1939 se licenció y volvió a Bilbao, pero un mes después vuelve a Miranda de Ebro ya otro batallón disciplinario por otros tres años. Fue detenido en mayo de 1947 para participar en la famosa huelga de Bilbao de ese año. Buscando trabajo, 1954 se estableció en Miranda de Ebro. Una vez muerto Franco, reactivó su militancia, convirtiéndose en el alma de la CNT local. En estos años fue asiduo en manifestaciones y en reuniones anarquistas y confederales. En 1990 fue observador en el Congreso de Bilbao y dos años después participó en el Certamen Anarquista Mundial (CAM) de Barcelona. 1993 asistió como delegado de la Regional Norte en el Pleno Nacional de Regionales de Barcelona. En 1996 fue delegado al Congreso de CNT ya las Conferencias Nacionales de 1993 y 2000. 2002 recibió un homenaje a Miranda y, más tarde, participó como testigo en los documentales sobre los campos de concentración franquistas Rejas de la memoria (2004), de Manuel Palacios, y Desafectos. Francoren esklaboak Pirinioetan (2007), de Edurne Beaumont y Fernando Mendiola.



El icono anarquista, libre e imprescindible

El bilbaino Félix Padín mantiene intactos sus recuerdos y la lucha antifascista de la CNT de 1936 a sus casi 98 años de edad
UN REPORTAJE DE IBAN GORRITI 
El bilbaino Félix Padín en pie a sus casi 98 años en su hogar de Miranda de Ebro.
El bilbaino Félix Padín en pie a sus casi 98 años en su hogar de Miranda de Ebro. (Iban Gorriti)

Bertolt Brecht hizo de todos su pensamiento aquel de "hay hombres que luchan un día y son buenos...". Reportado a nuestra historia, hay dos tipos de hombres de 1936. Los que batallaron una guerra y fueron buenos. Y están aquellos como Félix Padín que hoy siguen luchando y, según para quién, "son los imprescindibles" de Brecht.
Nació. Lo parió su madre en Bilbao La Vieja. 1916. Le llamaron Félix. Dio sus primeras carreras en la calle Las Cortes. 20 años y 9 días después estalló una guerra civil. Su padre era ferroviario de El Ferrol, excombatiente de la Guerra de Cuba, a quien los estadounidenses le hundieron su barco. Murió antes de saber quién iba a ser para la historia un vecino suyo, el sanguinario Franco. "¡Mejor no conocerlo!", exclama con sorna Padín, bilbaino que también se siente libre en Miranda de Ebro, donde mora. "En Bilbao, pasaban los del PNV en camiones y nos gritaban maquetos, riéndose. ¡Eso no me ha gustado nunca!", lamenta.
De crío ya era engranaje de la revolución. Se afilió, como sus hermanos, a la CNT y a las Juventudes Libertarias "en cuanto cayó Primo de Rivera". Con 13 primaveras. "Hasta que nos medio militarizaron, fuimos los primeros en dar la cara, pero no solo en el País Vasco, sino también en el resto del país. La CNT frenó el denominadolevantamiento. No éramos escritores a sueldo ni reaccionarios. No éramos partidistas ni hacíamos la guerra por dinero. Nuestro lema era la revolución social. Nuestra lucha era contra la opresión, el Estado y toda clase de farsantes y militares. Éramos antimilitaristas y lo seguimos siendo", matiza este ácrata que hila más ideales: "En los ratos de ocio en el frente, procurábamos leer un libro y sacar el mayor provecho posible de ello. Nos preparábamos para cuando teníamos que entrar en combate. Procurábamos estar a la altura de las circunstancias. Sabíamos emplear la fuerza cuando éramos atacados".
"SANGUIJUELAS" Por ello, cuando el 18 de julio de 1936 los militares españoles antidemócratas dieron el golpe de Estado "salimos al combate contra todo lo que olía a clero, militares, terratenientes y demás sanguijuelas que nos chupaban la sangre", apunta a sus firmes 97 años.
El 16 de julio de aquel lamentable año ya presuponían lo acontecible. Por ello, su casa ya era una bomba habitada. "Asaltamos armerías, polvorines, quitamos fusiles a guardas de minas y los archivábamos. El alerón de casa servía para esconderlos", repasa quien ya estuvo preso en el revoltoso año 1934.
Formó parte de un grupo de acción con los históricos Porfirio Ruiz, Alberto Lucarini y Severiano Montes. Fue vocal del Sindicato de Construcción cenetista y encargado de prensa de Juventudes Libertarias. En la línea del frente, fue nombrado sargento y teniente de los batallones anarquistas Isaac Puente y Durruti. Llegó a conocer a este último ideólogo libertario. Fue hecho prisionero en Ubide tres días antes de que los fascistas robaran Bilbao. Sobrevivió a seis años preso con tres entradas al campo de concentración de Miranda de Ebro, pueblo en el que reside. Contrajo tifus, sarna y piojos.
Esclavo de Franco, lo mandaron a batallones disciplinarios. "Eran lo peor. En batallones de trabajadores te daban de comer", diferencia. Fue tiranizado en Guadalajara, Elizondo o Peñaranda de Bracamonte. Libre en junio de 1939, lo volvieron a detener y a enviar al almacén de humanos de Miranda de Ebro y a otro batallón disciplinario. De nuevo lo encarcelaron por participar en una huelga en Bilbao. En 1954, partió a vivir a Miranda de Ebro. El celebrado 20 de noviembre 1975, Padín reactivó su militancia en la CNT hasta hoy, día en el que, imprescindible de Brecht, sigue luchando contra el franquismo inconcluso.
EL ANTIFASCISTA

La CNT denuncia en Argentina el genocidio franquista



La Confederación Nacional del Trabajo presenta el miércoles 19 de diciembre en Argentina denuncia los crímenes del franquismo, dentro del proceso que se tramita en ese país contra el genocidio cometido por el régimen desde 1936 hasta 1977. De este modo la CNT-AIT se suma a las acciones emprendidas ante los juzgados argentinos por parte de familiares de asesinados y desaparecidos, asociaciones de recuperación de la memoria histórica y demás entidades personadas en el procedimiento.
La CNT pretende así sacar a la luz la represión sufrida por la organización y el Movimiento Libertario desde el golpe militar del 18 de julio de 1936 hasta la promulgación de la ley de amnistía de 1977, una ley que pretende pasar página a los más de 40 años de un régimen instaurado por la fuerza y basado en la violencia física y social. Su máximo dirigente y ejecutor, el general Francisco Franco, contó para ello con la colaboración de diferentes sectores militares, financieros, políticos y eclesiásticos católicos, todos ellos implicados en la autoría y dirección del golpe.
La CNT entiende que esa Ley de Amnistía incumple de modo flagrante la normativa internacional, especialmente en lo que atañe a los capítulos de genocidio y desaparición forzada. Coincide en ello con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que pidió formalmente el pasado 10 de febrero su derogación al Gobierno de España, por entender que incumple la normativa internacional sobre Derechos Humanos e impide en particular, entre otros, el derecho de reparación.
Personada como denunciante, la central anarcosindicalista aporta miles de nombres de sus militantes represaliados por el franquismo, testimonios y declaraciones de testigos presenciales y supervivientes, así como documentación relativa al expolio e incautación de bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias pertenecientes a la CNT.
A lo largo de sus trescientas páginas, la denuncia de CNT desglosa los capítulos de la represión sufrida por el anarcosindicalismo desde los primeros momentos del golpe hasta los encausados en el famoso TOP (Tribunal de Orden Público), pasando por los asesinados, desaparecidos y torturados, los campos de concentración, los batallones de trabajo y las fosas comunes que el estado español sigue aún sin reconocer y dignificar.
La CNT-AIT proclama pública y enérgicamente frente a un olvido cómplice, su deseo e interés por poner de manifiesto y difundir el desastre que supuso la instauración del franquismo, así como los desgarradores impactos que generó a la organización confederal ser cebo preferente de la acción represiva de dicho régimen totalitario durante decenios. Un balance objetivo de lo relatado, transcurridos ya casi tres cuartos de siglo del golpe militar y una vez consultada la numerosa bibliografía especializada sobre la Guerra Civil española, arroja las siguientes dramáticas cifras, algunas de ellas basadas incluso en fuentes oficiales del gobierno franquista: 50.000 fusilados, 73.000 asesinados en retaguardia, 30.000 desaparecidos, 500.000 internos en campos de concentración, 10.000 fallecidos en campos de concentración, 300.000 encarcelados y un número indeterminado de violaciones, raptos y robo de niños.
Los inductores y responsables directos del golpe planearon con detalle no sólo el push militar, si no una verdadera estrategia de terror que quedó plasmada en diferentes documentos ideológicos, estratégicos y tácticos que la CNT cita en su denuncia. En la misma se exponen datos sustanciales corroborados tanto oral como documentalmente por parte de investigadores de la propia CNT-AIT, profesores universitarios y publicaciones al efecto realizadas por grupos de investigación de memoria histórica, en las que se han barajado documentos oficiales, declaraciones personales e informaciones procedentes de represaliados y familiares, que muchas veces ni constan en el corpus legal ni en los registros de la propia administración.
El informe no es ni pretende ser exhaustivo en este punto, pero si es fiel reflejo y traza indicativa de la realidad que ocurrió en todo el territorio español. Por ello se ha optado por presentar series estadísticas de la represión a miembros de la CNT-AIT y movimiento libertario, en diferentes provincias o regiones muy significadas desde el primer momento del golpe militar por la virulencia de su actuación, proceso en el que destaca la indefensión jurídica de los encausados, el violento maltrato y segregación del que fueron objeto ellos y sus familiares, la ocultación de la llamada represión directa con asesinatos sin previo juicio, los llamados “paseos” o asesinatos indiscriminados por parte de los cuerpos policiales y militantes extremistas de Falange o Requetés, las “sacas” de las cárceles para proceder al asesinato de presos mediante falsas liberaciones o la “ley de fugas”, multas e incautación de bienes y enajenación del patrimonio sindical, generándose así un estado de terror y miedo entre la población, a la que se le ocultó la existencia de numerosos fosas que hoy día siguen aflorando en un mapa que afecta a todo el país. Una parte significativa de dichas fosas, cunetas, cuevas, minas, desfiladeros, etc., en los que fueron abandonados los cuerpos de muchos de los represaliados siguen sin ser catalogadas ni mucho menos exhumadas, pese a existir una inoperante Ley de Memoria Histórica promulgada el 31 de octubre de 2007, que obliga en la práctica a familiares, entidades afectadas y grupos de memoria histórica a buscar por su cuenta recursos para proceder a la exhumación de los restos, contando en muchos ocasiones con una mínima colaboración judicial para permitir las mismas.
En los casos en los que ha sido posible, con una fiabilidad estimada superior al 95 %, la información contenida sobre represaliados ha sido verificada con índices onomásticos de la Causa General, del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, de la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas, del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, del Juzgado Especial de Peligrosidad Social y del Ministerio de Justicia-Dirección General de Prisiones, complementándose con el cotejo de los informes de defunciones procedentes de Registros Civiles y libros de defunciones de cementerios.
La represión ocurrida de 1966 a 1977 puede cotejarse a nivel judicial con la documentación del Tribunal de Orden Público T.O.P. (creado el 2 de diciembre de 1963 y disuelto el 4 de enero de 1977), aunque aquí la dificultad es mayor, ya que la administración al existir encausados con vida, entorpece mucho su consulta. Parte sustancial de la investigación de este período está por hacer, ya que los plazos legales en muchos casos aún no han transcurrido, aunque muchos familiares de los represaliados en segunda, tercera o incluso cuarta generación así lo estén demandando desde hace tiempo. Fueron años en los que el Estado demostró una gran pericia en la infiltración en unos medios confederales muy debilitados tras la guerra y la posguerra, tanto como en prácticas de intoxicación y desprestigio del Sindicato, previas a procesos de escisión auspiciados desde instancias del poder a cuyo frente se encontraba, entre otros, el que fue ministro franquista de Interior Rodolfo Martín Villa, que destacó por ostentar altos cargos dentro del régimen como Ministro de Relaciones Laborales, Procurador en Cortes o Jefe Provincial del Movimiento de Barcelona.
En cuanto al expolio de los bienes del patrimonio sindical, reflejo del esfuerzo de sus militantes por crear una red de sedes sindicales, cooperativas, ateneos libertarios, escuelas racionalistas, colectividades económicas, comedores, etc., la CNT-AIT sigue reivindicando al Estado español un volumen significativo del mismo, parte del cual fue enajenado violentamente por el franquismo.
La CNT-AIT como organización sindical emblemática dentro de la clase obrera española en el momento del golpe militar y predominante en el espectro laboral en muchas provincias, contaba con cerca de 1.700.000 afiliados, cifra que luego durante el conflicto civil creció con la suma de nuevos adherentes. Dicha posición sumada a sus tradicionales planteamientos de defensa del trabajador, del desfavorecido, del apoyo mutuo y del internacionalismo, determinó ser objeto de un ataque selectivo y deliberado por parte de los grupos más reaccionarios procedentes del estamento político, militar o religioso, teniendo continuidad dicha actuación hasta incluso concluida la denominada “transición política” al actual modelo de monarquía parlamentaria, en los años ochenta del siglo precedente.
Cumple decir con orgullo y tristeza que una buena parte de las cifras indicadas está nutrida con miembros de la CNT-AIT, que la propia organización estima en una cifra no inferior a un tercio de los fusilados, asesinados, desaparecidos, prisioneros y encarcelados por el régimen franquista. Las dificultades, pasadas y actuales, en el acceso a fuentes de información relativas a la represión del régimen franquista, junto al desinterés e indolencia cuando no desidia del Estado español en afrontar un proceso de memoria histórica que reivindique el reconocimiento y buen nombre de todos los represaliados, se presenta como una labor urgente a realizar.
La CNT trata ahora de intensificar las acciones para conseguirlo promoviendo la mayor difusión posible acerca de la represión durante el franquismo, de modo que las generaciones futuras bien informadas de lo ocurrido puedan rechazar ese tipo de planteamientos de barbarie. La Confederación pretende estudiar en profundidad y poner de relieve los impactos de la represión franquista, hasta ahora nada bien conocidos en su integridad, recuperar la verdadera memoria de todos los que dieron su esfuerzo y su vida por la libertad, impedir la tergiversación de la historia real, recuperar el buen nombre de unas víctimas olvidadas muchas veces anónimas y destacar el ejemplo desinteresado de todos los confederales y libertarios en general que se opusieron a la dictadura. Nuestros objetivos no pueden ser otros que romper el miedo que todavía se encuentra asentado en la sociedad española en relación con la memoria histórica, quebrar los múltiples obstáculos que desde la administración se ponen a la investigación en dicha temática y difundir entre la población, especialmente entre las nuevas generaciones, el magnífico y generoso esfuerzo que realizaron aquellos que lucharon por un futuro libre de tiranías. 
Secretaria de Cultura
Secretariado Permanente del Comité Confederal
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HASTA 300.000 LIBERTARIOS FUERON REPRESALIADOS DURANTE LA DICTADURA
La CNT se suma a la causa de la Justicia argentina contra el Franquismo
Las 300 páginas de la denuncia por la represión franquista al movimiento libertario se enfrentarán a los obstáculos del Gobierno y de la Ley de Amnistía.

De izquierda a derecha, los represaliados Félix Padín, Antonio Amate y Aurora Tejerina participaron en la presentación de la denuncia / CARLOS MARTÍN
“Hay que trabajar para que se retire la Ley de Amnistía de 1977”. Así comenzaba Alfonso Álvarez, secretario general de la CNT, su intervención en la rueda de prensa que la organización anarcosindicalista dió en el Ateneo de Madrid el 13 de marzo para presentar la querella contra el genocidio franquista impulsada por la jueza argentina María Servini. La CNT se une pues a otras organizaciones e individualidades que pretenden restituir la memoria y la historia de la larga noche de la represión dictatorial franquista.
Un objetivo adicional de la denuncia es crear un gran archivo de la represión contra el anarquismo
Javier Antón, profesor de Geografía en la Universidad Complutense de Madrid y militante de la CNT, ha sido quien ha coordinado el trabajo del informe que leerá la jueza, siguiendo el acuerdo que el pasado año tomó la Confederación Nacional del Trabajo en su Pleno Nacional de Regionales. La valoración que hizo Antón fue que el origen de la impunidad se sitúa en los cimientos de una Transición mal hecha. Mientras en otros lugares del mundo se denuncia las persecuciones políticas y los genocidios (tanto con ejemplos históricos como actuales), en España se oculta esta parte de la historia por un pacto de silencio entre los agentes que dirigieron la Transición. Y ahí la Ley de Amnistía es la máxima responsable.

Ante la jueza la CNT ha presentado un documento de más de 300 páginas donde se hace un acercamiento exhaustivo a la represión ejercida contra el movimiento libertario por el franquismo. En algunas provincias los datos de represión son amplísimos. Según la CNT los datos cuantitativos de la represión contra el anarquismo se puede situar hasta en 300.000 represaliados (personas que sufrieron persecución política durante la dictadura, al margen de si fueron o no ejecutadas, y en este caso sin contar a exiliados o fallecidos durante los combates bélicos en la Guerra Civil). Si a estas cifras, solo de libertarios, se une la represión contra otras formaciones políticas y sindicales, el mapa de la represión en España es escalofriante. La organización también reclama la reparación del expolio que se llevó a cabo contra los bienes del movimiento libertario, mayoritario entre el movimiento obrero español. La central cifra en 32.000.000  el valor de las propiedades expropiadas a la CNT.
Para demostrar todo esto, la querella que presenta la CNT viene con una lista de archivos y centros donde poder corroborar esos datos. Se trata de archivos nacionales y militares donde se ha contabilizado toda esa represión. El objetivo es también crear un gran archivo de la represión contra el anarquismo.

Dificultad de lo cometido

Sin embargo la CNT es consciente de la dificultad del cometido. Primero porque muchas denuncias que han llegado a Estrasburgo han sido rechazadas por este Tribunal Internacional. Esta corte se ampara en que la legislación española exhonera estos crímenes a través de la Ley de Amnistía. Por eso tumbar la Ley aprobada en 1977 es prioritario. Aun así es contradictorio, pues un genocidio ni puede ser blindado por leyes nacionales ni prescribe en ningún caso. Con todo el primer paso sería que se reconociese que en España existió un genocidio y un plan trazado para el exterminio de un enemigo político.
El Tribunal Internacional de Estrasburgo se ampara en que la Ley de Amnistía exhonera los crímenes del Franquismo
Por otra parte, la CNT tampoco pasa por alto dos cuestiones. La primera que el Gobierno está mintiendo para frenar este tipo de causas. Preguntados por el Exhorto que el Gobierno español dio al argentino, diciendo que en España se están investigando y juzgando los crímenes del Franquismo, los ponentes consideran que no solo es una infamia lo que dice el Ejecutivo, sino que no paraliza el cometido final. Además denunciaron que el gobierno ha llegado a mentir en dos ocasiones al Alto Comisionado de Derechos Humanos con la idea de ejecutar un blindaje judicial ante el tema, como el que hasta ahora se esta haciendo. La fiscalía argentina ha considerado que la denuncia presentada por la CNT es muy consistente y está muy bien montada.

Por otra parte para poder ejecutar una causa de Crímenes contra la Humanidad hace falta señalar quiénes fueron los asesinos. En la querella presentada por la CNT se cita a Emilio Mola, Francisco Franco, etc, todos ellos ahora fallecidos. Pero tienen también un censo de ejecutores que actualmente aun están con vida. Las últimas noticias hablaban de la posibilidad de querellarse contra cargos del Franquismo como Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa o José Utrera Molina, suegro del actual Ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón. La denuncia incluye casos hasta el año 1977, fecha en que estos cargos franquistas estaban en el Gobierno.
Ante todas estas cuestiones la CNT confía que tanto los informes de Amnistía Internacional como de Human Rights, así como la posible visita en junio de una comisión de Derechos Humanos, haga girar las tornas y provoquen que la Ley de Amnistía pueda tener visos de derogación para poder acometer los juicios contra el Franquismo.
Aun así para la central anarcosindicalista hay algo muy importante que se ha conseguido. Que el genocidio franquista se ponga en debate es ya un hecho fundamental. Y a pesar de que puedan colaborar con otras organizaciones o foros que trabajen estos temas (colaboración funcional que ya se está realizando), la CNT va a promover la exhumación de fosas. Los libertarios no hablan de pequeñas fosas de 5 o 6 cuerpos. Hablan de lugares que tienen localizados con cientos de ejecutados por el régimen franquista. La primera prueba para corroborar ese genocidio son las pruebas físicas.

El testimonio de los represaliados

El acto que presentó la CNT finalizó por la tarde con la intervención tanto del Presidente de la Fundación Anselmo Lorenzo (fundación cultural e histórica de la CNT) y el testimonio de tres libertarios, memoria viva de la organización: Félix Padín, que luchó en los batallones Isaac Puente y Durruti en Euskadi, pasó largos años en cárceles y campos de concentración donde contrajo enfermedades y sufrió hambre y palizas por parte de los carceleros franquistas. Antonio Amate, cuyo padre y tío eran destacados militantes de la CNT en Sanlúcar de Barrameda y fueron ejecutados cuando se produjo el golpe de Estado en 1936. Desde entonces Antonio sufrió la represión al ser hijo de fusilado y participar de las actividades clandestinas de la CNT durante la dictadura. Por último, Aurora Tejerina, hija de Laurentino Tejerina, conoció desde pequeña los exilios y represiones que sufrió su familia por ser militantes libertarios.

Mapa de causas contra el Franquismo

En los últimos tiempos se han desencadenado varias causas incriminando al Franquismo.Una de las pioneras en este sentido, antes de la causa que intentó montar Garzón, fue la lucha de los familiares de Francisco Granados y Joaquín Delgado para demostrar su inocencia. Granados y Delgado fueron dos militantes de las Juventudes Libertarias que se desplazaron a Madrid para atentar contra Franco en misión de la Defensa Interior, un organismo de los anarquistas en el exilio. No llevaron a cabo su acción pero fueron detenidos acusados de colocar artefactos explosivos en la sede de los sindicatos verticales y acusados de terrorismo, siendo ejecutados en agosto de 1963 a garrote vil. La CGT comenzó una campaña para poder restablecer los nombres y la inocencia de Granados y Delgado.
Igualmente la familia de Puig Antich, anarquista e integrante del MIL ejecutado en marzo de 1974, también inició acciones judiciales para declarar nulo el juicio que condenó a muerte al joven libertario.
Tras el intento de Garzón de crear una Causa General contra el franquismo (acción mal instruida y, tal como se presentó, con pocas posibilidades de triunfo al no plantear la derogación de la Ley de Amnistía) se han sucedido distintas causas a nivel local y regional.
En las últimas fechas se han iniciado los trámites para declarar como un crimen contra la humanidad los bombardeos de la aviación italiana durante la Guerra Civil, así como apuntar a ejecutores aun vivos, a saber los ya mencionados Rodolfo Martín Villa o José Utrera Molina.

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